La Prueba Escrita

La prueba escrita es un instrumento de medición cuyo propósito es que el estudiante demuestre la adquisición de un aprendizaje cognoscitivo, o el desarrollo progresivo de una destreza o habilidad. Por sus características, requiere contestación escrita por parte del estudiante. 

El tiempo para la resolución de la prueba se calcula de acuerdo con los tipos de ítems seleccionados para la medición de los objetivos y la puntuación asignada a cada uno de ellos.  La prueba escrita consta de dos partes: la parte administrativa y la parte técnica. En la primera se consignan los datos que permiten identificar la prueba, mientras que en la parte Técnica, se presentan los ítems que constituyen la prueba, a saber: selección única, respuesta corta, apareamiento o correspondencia, identificación) y la parte de desarrollo.

Considerando que uno de los propósitos primordiales de la educación es corroborar los alcances de los objetivos previamente trazados con respecto al aprendizaje, es aquí donde la medición procura describir, cuantitativamente, el grado de dominio que tiene el estudiante de esos aprendizajes. 

Es importante tener presente que los resultados obtenidos a partir de las mediciones, permiten planificar y guiar la práctica educativa, conocer lo que ocurre en el aula a partir de los procesos pedagógicos empleados y su incidencia en el aprendizaje del estudiantado, reorientando las veces que sea necesario estos procesos durante su desarrollo.

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